Tradiciones vivas

Por ÁNGEL SCAGNO CASTILLO
FOTOS: RAFAEL RODRÍGUEZ ÁVILA

Miles de ciudadanos de Poza Rica acudieron a los panteones municipales para visitar a sus fieles difuntos, platicar con ellos, llorar en sus tumbas, comer el platillo preferido que siempre degustaron; reír, llorar, cantar y bailar.
Así se vivió la fecha de los Fieles Difuntos, donde las familias aprovecharon ese día de asueto para ir al panteón, limpiar las tumbas de sus familiares que solo se adelantaron en el camino.
En el panteón San Lucas, ubicado en la colonia Libertad, desde temprana hora arribaron cientos de familias para llevar sus flores, comidas y la ilusión intacta de poder dialogar con ellos, porque justo a las 12 del día ellos vienen del más allá, bajan a la Tierra, se manifiestan de mil formas, maneras, sonidos y demás, para hacer sentir su presencia.
Esta es una de las festividades más emotivas y bonitas que tiene la vasta cultura mexicana. Ayer fue el día que se pudo sentir su presencia porque después tendremos que esperar un año más para volver a estar cerca de ellos.
Así son los días de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, así entre la flor de cempasúchil, los tamales, el chocolate, la música, la tristeza, la algarabía, las lágrimas, en medio del olor a incienso, así se vive y rinde el tributo a quienes se adelantaron en el camino.
En este caso se llevó a cabo una misa como cada año en el panteón de la Santísima Trinidad, donde sacerdotes de Coatzintla oficiaron la palabra de Dios y decenas de feligreses acudieron.

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