A través de internet, astuto sujeto logró timar a una joven de 23 años con la falsa promesa de que sostendrían relaciones sexuales. Bajo engaños, el hombre pidió a su víctima que le depositara 10 mil pesos y la joven accedió sin imaginar que posteriormente nada sabría de su supuesta conquista.
La víctima de identidad reservada dijo a La Opinión que el pasado 27 de julio conoció a través de facebook a un joven que se hacía llamar Alan Vera J., quien presuntamente vive en la Ciudad de México; el susodicho dijo tener 23 años y así comenzaron a ser amigos virtuales.
Durante todo el día y parte de la noche ambos se mandaban mensajes, aunque solo era por la mencionada red social. Fue así que la joven le pidió a Alan que se conocieran personalmente aunque, desde ese momento, dijo, vio la negativa de su “amigo”.
Pasaron días y ambos pasaron de ser amigos a pretendientes, ya que él le aseguró que estaba en busca de alguien para tener una relación estable, haciéndole creer que ella era la indicada.
“Alan Vera” utilizó todo tipo de artimañas y con falsas promesas de amor logró que la joven se obsesionara cada vez más. Incluso mandó fotografías exhibiendo sus partes íntimas y la joven quedó impresionada.
Después de algunos días de relación virtual, la denunciante dijo que la tarde del lunes primero de agosto el acusado fingió tener un apuro económico y era necesario que ella colaborara con la causa; si así ocurría, pronto el individuo estaría en la ciudad para tener un encuentro sexual. La agraciada joven hizo todo lo posible por conseguir el dinero con sus familiares pero solo reunió 8 mil pesos y los depositó en una cuenta bancaria. Hasta ese momento, la ingenua mujer no imaginaba nada malo.
Después de haber hecho el depósito, la víctima avisó a “Alan Vera” que ya podía cobrarlos. Apenas pasaron cinco minutos no supo nada de su supuesta conquista. Solo hasta ese momento se dio cuenta de que había sido timada por algún delincuente.
Aunque propiamente tal acción no constituye un delito, la joven alertó a la población a no caer en ese tipo de engaños y mucho menos creer en el amor por internet.
Clemente Hernández Reyes
