El término náhuatl a menudo se traduce como “dios”, pero puede haber tenido aspectos más abstractos de lo numinoso o divino, similar al concepto polinesio de Mana.
( Mana es una palabra propia de las lenguas Austronesias que significa “poder, efectividad, prestigio”, y donde las mayorías de las veces se entiende al poder como de naturaleza sobrenatural. La semántica exacta depende del idioma. El concepto es muy importante en las culturas de Polinesia. Forma parte de la cultura de los isleños contemporáneos del Octano Pacífico )
… ” En la mitología Pipil, Teotl es conocido simplemente como el creador y el padre de la vida. La naturaleza de “Teotl” ha sido una discusión en curso entre los académicos durante muchos años.
Teotl es también un elemento clave en la comprensión de la caída del imperio azteca, porque parece que el gobernante Azteca Moctezuma II y los aztecas en general se referían a Cortés y los conquistadores como “Teotl” – se ha creído ampliamente que esto significa que creían que eran dioses, pero una mejor comprensión del “teotl” podría sugerir que simplemente fueron vistos como “misteriosos” e “inexplicables”.
La religión Pipil estaba ligada al ciclo vital, al nacimiento, vida y muerte, también a las actividades económicas: la caza, la pesca y la agricultura. Asociadas a estas actividades estaban la observación de los astros para la predicción de los fenómenos cíclicos de la naturaleza y la adoración a estos astros, a la lluvia, al rayo, al trueno, etc. … ”
¿Quiénes eran los Pipiles?
Cuando los españoles llegaron a El Salvador, en 1524, el grupo indígena más preponderante esas tierras era el de los Pipiles. Pero, ¿Quienes son los Pipiles? La palabra Pipil, es de origen Nahuatl y significa “Noble o Señor”. Este grupo indígena lo conformaban una rama de la civilización Tolteca, que dió tanto esplendor al Antiguo México y sus ruinas mas espectaculares son los restos actuales de Tehotihucán, muy cercanos a la ciudad de México y Tula en el estado de Hidalgo.
A pesar que en El Salvador, la llegada de gente de habla Nahuatl, se dió desde una época muy anterior al año 1000 D.C., la llegada masiva de los Pipiles a nuestro territorio, procedentes de México, ocurre aproximadamente por esa fecha. La Historia, la tradición, la mitología y la arqueología nos informa que esta gente llegó a El Salvador a raíz del colapso del Imperio de Tala. Tala, que habrá heredado las glorias de la civilización Tolteca a la caída de Tehotihuacan, finalizó sus días en una cruenta guerra civil ocasionada aparentemente por un problema en la sucesión dinástica al trono de Tula.
La facción perdedora en esta guerra, comandada por el célebre personaje Topilzín, que sus seguidores lo creían una reencarnación del Dios Quetzal Coatl, no halló mejor alternativa que abandonar México y emigrar a Centro América y así fue como la mayoría de esta gente se radicó en El Salvador actual.
” ……Viendo todo esto no queda más que aceptar el comentario de Daniel Abrego ( Miembro de este grupo ) con referencia a lo que la UNAM en su GDN – Gran Diccionario Náhuatl nos dice ; Teteo es el plural de “dios”.
( para mi su significado será también como el de los Pipiles “misterioso” e “inexplicable”.)
Hugo Yolteotl …… ”
Aquí, Xipe Totec, el Señor desollado, se pinta como el Señor de Oriente. Él es el Teótl de la primavera, el maíz y el sol de la mañana. Él está parado en la cabeza de la diosa de la tierra, porque el maíz ha nacido de su carne; sobre sus piernas crecen maíz, calabazas, tomates, calabaza y amaranto, de como el Señor de la primavera se alimenta y nos nutre. Viste la piel de un hombre flayed, para en los albores del tiempo, él peló su propia piel, de que creció el maíz, para alimentar a sus hijos hambrientos. Él lleva en un par de manos su traqueteo de la niebla, que anuncia la llegada de las lluvias. En la otra mano, un cuchillo, simbólico de su sacrificio y de la muerte que es necesaria a la vida y por último, el espejo rojo, en la que ve el futuro, el pasado y la verdad de los corazones de los hombres. A cada lado están a sus hijos, que nosotros, están en adoración.