La Caravana Migrante, en ella mujeres, hombres y niños tienen que recorrer miles de kilómetros desde Centroamérica para llegar a Estados Unidos, el paso obligado, México. A su paso se han encontrado con personas que los rechazan y otras que les tienden la mano y les brindan apoyo, a esos mexicanos, los migrantes les dan las gracias, por conmoverse ante su larga y difícil travesía.
A su paso por Chiapas, un grupo de personas les han compartido agua, comida y cuando se puede, transporte.
“Mis respetos para la gente mexicana, nos han apoyado en lo que han podido”, exclama Mario, hondureño.
Nos pusimos de acuerdo para apoyarlos porque traen niños pequeños, señoras, es preocupante porque vienen en el sol en una caminata larga, dice Carlos Carrasco, quien vive en Chiapas.
La peor parte se la llevan los bebés y los niños, aguantando agua, sol, sereno, expresa Patricia, una hondureña que viaja con un bebé que en los últimos días ha tenido fiebre y vómito.
Isabel, también hondureña, asegura que no quieren molestar, ni causar daño a los mexicanos, lo único que desean es el libre tránsito, para llegar a su destino, los Estados Unidos.
Joel Moreno Reyes, un agricultor de Chiapas, da “el aventón” a migrantes, para ayudarlos a avanzar “para que no se debiliten más los niños, viene gente buena, vienen por necesidad de trabajo, no se por qué muchos mexicanos no quieren que entren a México, si también nosotros tenemos la necesidad de emigrar a EU”.
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