LIC. LEONARDO ZALETA JUÁREZ: Un Cronista, un amigo. (In Memoriam)

Víctor Hugo Valencia Valera
victor_valencia@inah.gob.mx

Un escritor muy conocido dijo que “la vida no es como se vivió sino como se le recuerde” y un servidor tuvo la enorme suerte de haber conocido al Lic. Leonardo Zaleta Juárez, ya en el último tercio de su vida, es decir, ya tardíamente y cuando ya había él recorrido un buen trecho y cuando ya tenía como sustento de su quehacer histórico-literario más de 30 textos debidamente publicados y tengo la seguridad que hoy, que se nos adelantó se quedaron en su escritorio y en su computadora otro número importante de escritos, proyectos y bosquejos de obras y textos que están ahí en lo que antes llamábamos el “tintero”, pues Don Leonardo, fue un hombre que se llenaba de testimonios y vivía con la vida de los otros y guardaba la memoria como un aliciente para recrear la historia, su historia y especialmente la vivencia de su pueblo, de su ciudad: Poza Rica de Hidalgo, Veracruz.
Con el Lic. Leonardo y su compañera de vida Carmen Garcés, fue un encuentro que quien nos juntó fue el gusto por la historia pueblerina y el placer de registrar el devenir de los testimonios, de las anécdotas, de los hallazgos que van tejiendo esa historia que no siempre se escribe, pero que se va construyendo por los decires y las pláticas, en donde la vida es un placer que él supo disfrutar y además registrar para bien de todos nosotros.
Por situaciones de trabajo y/o por un exilio laboral obligado, me hice visitante de fin de año a esa mi tierra, Poza Rica, y en la oportunidad para reunirme con el amigo y cronista el Lic. Leonardo Zaleta Juárez, siempre buscamos que un desayuno acompañado de bocoles, bísquets y café con leche o una comida, fueran momentos de largas pláticas; rememorando anécdotas y pasajes de esa tierra que nos vio nacer y a la que él tuvo oportunidad de ver crecer y desarrollarse y a la que le dedicó inagotables horas y días para describiría y dejar registros de esa historia sencilla y entendible plasmada en textos como “Poza de Cuero”, “Cantos a Poza Rica”, “Poza Rica”, “Personajes de Poza Rica”, por señalar algunos y para los cuales siempre tuvo un espacio para recrearse en esos relatos que fueron construyendo la historia de su querida ciudad.
Con el Lic. Leonardo, tuve la oportunidad de redescubrir mi tierra de origen, tuve oportunidad de recorrer espacios, colonias, correderos viejos y nuevos, y recovecos que esa ciudad tiene y que solo con él la pude ver, entender y ubicar muchas de las razones y sin razones de su crecimiento y de los personajes que fueron tejiendo su vida en este entorno de gran verdor y riquezas naturales que hicieron de Poza Rica un importante desarrollo industrial de la región norte de Veracruz y de aportes económicos al país.
Los escritos, libros y proyectos de divulgación e historia sobre la ciudad, que dejó como un importante legado a esa su tierra de Poza Rica, nos muestran a un cronista e investigador con enorme personalidad y carácter que su oficio lo hizo abarcar tanto el trabajo y registro histórico como los diferentes géneros literarios reflejados en diversos ensayos, poesía y claro, historia oral y testimonial,
conformando así la memoria histórica que hoy sustenta y es identidad de esta Ciudad y región del norte de Veracruz, como lo es la ciudad de Poza Rica y la cual siempre tuvo presente en el quehacer de su vida.
Es por esto, que el enorme legado escrito de Leonardo Zaleta Juárez como cronista, lo enaltece a él y al oficio y pone su diversa obra como una de las más importantes aportaciones a la historia de su joven ciudad a la que siempre quiso y para la cual siempre tenía un recuerdo, un registro de hechos y anécdotas que contar, que lo enaltecía en ese disfrutar al dar cuenta y fe de fechas, sucesos, eventos y personajes; y en donde se fueron hilando muchas, muchas historias de vida y de esfuerzos que hoy son parte intrínseca del devenir de esa ciudad que aún hoy está forjando su historia y que Leonardo la supo registrar con el enorme gusto como vivió su vida.
Sean pues estas letras un modesto homenaje al contador de historias, al rescatador de anécdotas y testimonios, al investigador comprometido con su tierra, al cronista que hizo de este oficio una buena y ejemplar manera de enaltecer la historia de los otros, para recrearla y divulgarla con el gusto y placer como solo él lo podía hacer, porque la disfrutaba más allá de tener el dato y el documento, para ofrecerlo siempre, solo por el gusto del reencuentro con un pasado que siempre lo Ilevó al presente.