jueves, marzo 28, 2024
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La vida del colibrí

Jun Tiburcio nació y vive en Chumatlán, Veracruz, en la región del Totonacapan, tierra de seres que danzan para honrar a la Madre Tierra, practican la Ceremonia Ritual de Voladores, pintan con tintes naturales, bordan enaguas y pañuelos, elaboran máscaras y penachos, conocen las virtudes curativas de las plantas, edifican altares y, durante cada una de esas actividades, preservan la lengua totonaca. Este alfarero, bordador, cantante, músico y poeta es el autor de Xlatamat  jun /La vida del colibrí (Tres corazones, 2014), poemario en totonaca-español que en 2015 recibió el premio por Escritura en Lengua Materna de la organización cultural internacional Chambra D’Oc, en la ciudad italiana de Ostana. La obra es un canto a la memoria y al futuro.

Ante la realidad innegable de la pérdida de la identidad indígena, la disminución del uso de la lengua madrey la ausencia de poesía totonaca para niños, Jun toma la palabra y escribe poemas como “Alas de colibrí”:Alista tus alas de colibrí,/vuela como él./¡Vuela!… que nadie te alcance. /Vuela sin parar. //Alas de colibrí, /alas de huracán,/alas de luz. /¡Alas del tiempo! //Vuela solo /o acompañado,/pero vuela, /no dejes de volar.//La vida es constante vuelo. /Si dejas de volar algún día, /todo se apagará; /entonces sabrás qué es descansar. //Alas de colibrí, /alas de huracán, /alas de luz./¡Alas del tiempo!

Con esta obra, Jun, que fue maestro de educación preescolar durante 30 años, confirma su interés vital por la transmisión de los saberes tradicionales en la comunidad infantil del Totonacapan veracruzano y coloca al idioma como epicentro de identidad.

Dice el autor en “La palabra del corazón”: Haz valer tu habla, / que persona ajena no valorará, / sino nosotros mismos.// Escribe tu lengua, / estúdiala,háblala, / escúchala. // Abre tu sabiduría, / ámate, / respétate, / hónrate a ti mismo. // Así elevarás tu autoestima.

Así, como expresa en el prólogo Salomón Bazbaz, fundado del Centro de las Artes Indígenas, institución que publicó Xlatamat jun /La vida del colibrí: “Jun refrenda el saber indígena que define al colibrí como un símbolo del amor y la felicidad, mensajero divino y síntesis de la frágil existencia que compartimos. Además, el ave se convierte aquí en la representación de la multiculturalidad para confirmar que la enseñanza más grande es la del respeto ante las diferencias, y el mejor camino es el de la identidad propia: El colibrí afina su voz / para que se escuche bien su canto. / Está dotado para hacer lo que puede hacer. / Y tú, ¿sabes de qué estás dotado? / Entonces no será para ti nada difícil”.

A contracorriente de la visión antropocentrista que ubica al hombre como centro de todas las cosas, Jun recupera la importancia de los animales como maestros de la sobrevivencia: De las pequeñas aves copiamos / la manera en que hacen sus nidos. / Así también hicimos nuestras casas: / primero, ellos empezaron a hacer sus nidos; / después, nosotros. // Nosotros habitábamos las cuevas, eran nuestro hogar. / Cuando nos multiplicamos, no alcanzaron las cuevas donde vivir,comenzaron las construcciones de casas. // El conejo debajo de la tierra hace su madriguera, / la nutria vive en los ríos, / los animales nos traen sus mejores instintos / para aprender.

Como parte de esta visión de aprendizaje y respeto hacia la naturaleza Jun —que en totonaca significa colibrí— describe en “Espíritu” una generosa comparación entre losárboles y las personas: Los árboles están llenos de: / agua, / oxígeno, / flores, / frutos / y nidos. // Pero tú estás lleno de: / espíritu, / fuerza, / amor, / inteligencia / y bondad.

La obra, ilustrada por el propio Jun, da cuenta de la diversidad de colibríes y de la importancia de la convivencia pacífica. Al presentar el poemario durante el Festival Internacional del colibrí y aves de Guanajuato, celebrado el primero de octubre de 2015 en San Miguel Allende, el artista totonaca expresó: “Cuando escuché a otros participantes que exponían algunos tipos de colibrí mi sorpresa fue ver que mis dibujos del poemario son idénticos a los reales; jamás imaginé que mis colibríes pintados existieran. Los pinté sin saber y eso es maravilloso. No sé si estar aquí es suerte o cosa del destino pero es una nueva experiencia compartir mi amor y pasión por el colibrí con personas que también lo sienten”.

En el Centro de producción de lecturas, escrituras y memorias (lem) compartimos el amor de Jun por la memoria y celebramos la preservación de los idiomas, las poesías y las identidades.

 

 

 

 

 

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FOTO TOMADA DE INTERNET.

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