Tihutlán, Ver.- Tras 21 años de construcción, la apertura de la autopista México-Tuxpan no ha detonado el crecimiento industrial esperado en esta demarcación. La importante vía generó en la primera década de este milenio grandes expectativas de desarrollo industrial, de crecimiento económico y de generación de empleos, pero también el encarecimiento de terrenos aledaños. Aunado a ello, las escasas condiciones de seguridad han ahuyentado las inversiones en lo que se conoce como el corredor industrial de Tihuatlán.
Por sus características geográficas, este municipio, con una superficie de 828.29 kilómetros cuadrados y ubicado en los límites de la región huasteca y el totonacapan, se convirtió en un promisorio polo de desarrollo en la zona norte de la entidad desde hace casi cuarenta años.
Tihuatlán ha resultado ampliamente beneficiado con la construcción de los ejes troncales que conectan importantes regiones económicas del país, y es estratégico por su ubicación, ya que colinda al norte con los municipios de Castillo de Teayo, Álamo Temapache y Tuxpan; al este igualmente con Tuxpan, Cazones de Herrera, Papantla y Poza Rica; al sur con otra porción de Poza Rica, Coatzintla y el estado de Puebla; al oeste también con Puebla y el municipio de Castillo de Teayo.
Regado por el río Cazones y el arroyo de La Bomba, entre otros, el municipio se ubica a escasas dos horas y media de la capital del país, en tanto que su vecindad con Poza Rica y la proximidad con el puerto de Tuxpan aumentaron sus condiciones atractivas para la instalación de industrias.
Sin embargo el promisorio crecimiento industrial se estancó en los últimos años, lo que en parte se explica por la paulatina desaparición de la explotación petrolera, además de la inseguridad.
“Hay temor, definitivamente, las condiciones no están dadas para la llegada de más compañías, y eso tiene fuertes repercusiones porque ya no hay nuevas fuentes de trabajo, hay que reconocerlo, la inseguridad nos ha pegado”, advirtió un empresario que prefirió el anonimato.
El empresario recordó que, tal como lo dan a conocer diversos medios de comunicación, este sector ha sido golpeado por extorsiones, secuestros, robos y daños a instalaciones. “Así no se puede. El miedo no es un invento, a sensación de inseguridad no es una simple sicosis sino algo que se vive en la realidad”, apuntó.
Agregó que hace aproximadamente cuarenta años había una vasta riqueza natural, facilidades financieras y, sobre todo, condiciones seguras para los inversionistas, por lo que se fue construyendo uno de los corredores industriales más importantes de la zona norte en este municipio, especialmente en los límites con Poza Rica y la ruta de la salida hacia la Ciudad de México.
Al respecto, el ex director municipal de Catastro, Quintín Benítez Rivera, mencionó que en el municipio se encuentran asentadas alrededor de 120 empresas grandes, aunque coincidió que en los últimos años son pocas las que se han establecido en esta demarcación.
“Realmente son muy pocas las nuevas empresas que se han establecido, porque el desarrollo económico de la zona de Tihuatlán, sin que lo hayamos propiciado, sólo se ha hecho en un corredor industrial por la carretera. La empresas se han ido estableciendo por si solas. Pero en años recientes ha habido muy poca inversión y otras se han ido. Esperemos que en el 2018, cuando dicen que reactivarán un poco Pemex, aquellas que se fueron, que ya estaban dentro del municipio y que ocupaban terrenos, regresen o se asienten otras y se genere captación de impuestos y generación de fuentes de empleo”, comentó.
Benítez Rivera estimó que de la zona del corredor, ubicado en una importante franja a la orilla de la antigua carretera federal México-Tuxpan, se han ido entre 30 y 40 empresas, lo que propició un fuerte recorte de empleos, sin embargo insistió en que Tihuatlán reúne las características geográficas para que se puedan establecer no solamente más empresas relacionadas con la explotación petrolera, sino de manufacturas, para generar más empleo.
“En el municipio fue hace dos o tres años que llegaron las últimas empresas, aunque hay otras que llevan muchos años, pero la cuestión no es solamente que se establezcan, sino que se queden y ese es el reto de toda autoridad municipal, reunir las condiciones para que estas empresas se queden y estén generando empleos, que no solamente operen uno o dos años, sino al contrario, que esas mismas empresas que están llegando vayan generando oportunidad a otras para que se establezcan, y con ello nosotros podamos desarrollar una economía local que sea la que fortalezca el municipio”, recalcó.
El también ex director de Turismo de la ciudad de Poza Roca insistió que la zona más ocupado por la industria es la franja de la carretera Poza Rica-Tihuatlán y la salida por la antigua carretera a México, pero dijo que también llama la atención que se establecen en comunidades, a donde se van porque encuentran terreno más económicos. “La zona del corredor y las proximidades de la autopista se han encarecido mucho”, explicó.
De acuerdo al Plan de Desarrollo Municipal 2014-2017, al inicio de la anterior administración municipal un importante número de industrias no contaban con ningún tipo de licencia para su funcionamiento y, por lo tanto, tampoco estaban empadronadas. Ante ello, el departamento de Catastro realizó un operativo en el año 2015 para su regularización. Como resultado, la mayoría paga actualmente el impuesto predial, añadió Quintín Benítez.
Pero lo cierto es que la actividad industrial en el municipio va en picada desde hace al menos hace cuatro años, aunque no es una situación estrictamente local, pues de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) así como el OFP (Observatorio de las Finanzas Públicas) de la Universidad Veracruzana, Veracruz es la tercer entidad del país con mayor rezago industrial. Los expertos aseguran que la inversión extranjera se ha concentrado en los últimos años en la parte del Bajío.
Estos rezagos son debido a que gran parte de la economía depende del sector petrolero, principal actividad en estas tierras, por lo que la devaluación del petróleo y la baja producción de hidrocarburos han ocasionado este retroceso.
“Vamos mal. Los empresarios, pero en sí todo aquel que invierte, desde el que abre una fonda, otra mueblería, una empacadora y una báscula de naranjas, todos generan empleos y eso es lo que tiene que procurar el gobierno, desde el federal, el estatal y el local. Pero que nos den condiciones de seguridad. Los impuestos nos ahorcan, pero la delincuencia nos elimina. ¿Para dónde nos hacemos? Nosotros queremos seguir trabajando en Tihuatlán, somos de esta región. Venimos a ganar, pero también a dar empleos, pero si no hay condiciones (seguras) otros más se van a estar yendo, aunque al final de cuentas, hay que reconocerlo, a donde uno se vaya está complicado. Así que, si ya están aquí los empresarios y están las inversiones, lo que se tiene que hacer es procurarlos, para que aquí sigan o en pocos años el corredor industrial de Tihuatlán va a ser un enorme campo de chatarra”, concluyó el empresario que solicitó reservar su nombre.
Por Hipólito Moreno Tapia
