Herediano Femenino jugó con sobriedad un partido clave, entendió que no era golpear a lo loco sino saber conectar y venció 3 a 0, con comodidad, a Alajuelense. Huele a campeón.
El cuadro rojiamarillo consiguió a falta de dos fechas poner una mano sobre la copa porque le sacó tres puntos de ventaja a su más cercano seguidor, además de que ratificó la ventaja deportiva sobre las erizas (válida en caso de empate en puntos) y solo una debacle les quitaría el campeonato.
El Team bien podría celebrar su cetro el próximo fin de semana, porque de conseguir una victoria ante Sporting llegará a los 12 puntos y si moradas y manudas igualan, en el otro juego, a lo sumo podrían alcanzar las 10 unidades.
De igual forma, si a la última jornada la Liga y Herediano llegan con igualdad de puntos, el criterio de desempate es el enfrentamiento entre ambos clubes y en este las rojiamarillas acumula seis unidades y las erizas cero.
Lo de Herediano en este partido clave fue una actuación del equipo maduro, del cuadro que se jugaba un cetro y no solamente tres puntos.
Desde el inicio, el cuadro dirigido por Bernal Castillo manejó con calma las emociones. De hecho, se veía lento respecto al ímpetu e intensidad de la Liga. Las manudas daban la impresión de mostrar más ganas; empero, al final eso solo sirvió para destacar la entrega; no un buen resultado.
El equipo rojiamarillo golpeó en el 23 con un gran centro de Wendy Acosta que fue empujado a besar la red por parte de Michele Montero. La delantera disparó de derecha y la guardameta Yalitza Sánchez falló al no lanzarse a tiempo.
Ese gol desató la desesperación en las rojinegras, quienes sabían que una derrota las podía sepultar en la lucha por el torneo; el efecto creó imprecisiones en pases y en defensiva.
Así, por dos entradas a la desesperada, se fue expulsada Priscilla Chinchilla.
La Liga intentaba ver cómo llevaba el balón hasta la ofensiva, los pelotazos salían hacia donde fuera, sin una dirección correcta. En una de esas salidas atolondradas, el cuadro manudo no supo rechazar, el conjunto florense recuperó, Gloriana Villalobos centró y Montero nuevamente anotó.
“Solo llevaba un gol en el campeonato y esto era frustrante para mí, pero por dicha sumé. Vamos trabajando para no tener final y solo queda pensar en el partido que viene para lograr eso”, afirmó Michele Montero.
El inicio de la segunda parte sentenció el partido, cuando Cristin Granados cobró un tiro de esquina y de cabezazo María Paula Coto anotó el 3 a 0.
El segundo tiempo fue un juego que salió de control para las dirigidas por Wílmer López: una expulsión más y ninguna ocasión clara para marcar.
El Pato movió su banquillo, buscó arriesgar, pero su equipo no se encontró nunca. Priscilla Tapia, portera contraria, tuvo más trabajo en la inicial que en el complemento y su segundo tiempo fue de espectadora cercana de lo que sucedía en el Morera Soto.
Para colmos, a las expulsiones de María Fernanda Barrantes y Priscilla Chinchilla, se sumó la de María Paula Salas apenas finalizó el juego. Serán tres bajas sensibles para el clásico nacional ante Saprissa, el próximo domingo.
Bernal Castillo hasta se dio el lujo de descansar a Gloriana Villalobos y Wendy Acosta, entre otras figuras, de cara al vital partido del fin de semana frente a Sporting.
El torneo femenino se empezó a teñir de rojo y amarillo, las florenses consiguieron dar un golpe de autoridad en el Morera Soto y comienzan a oler a campeón.
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