Con dolor, indignación y mucho coraje levantamos nuestra voz y nuestro corazón para condenar el infame y cobarde atentado que sufrió nuestro compañero Armando Arrieta Granados. A las autoridades judiciales del estado y la federación exigimos el esclarecimiento de los hechos, para llevar ante la justicia a los autores intelectuales y materiales.
En los últimos años, directivos y personal de este Diario ha sufrido agresiones sistemáticas, sin que ninguna institución o gobierno, haya hecho algo para castigar a los culpables. La impunidad y la complicidad institucional solo han fomentado más violencia.
¡Ya basta! Estamos hartos de la simulación, de la indiferencia y la indolencia de quienes representan las instituciones encargadas de garantizar la paz y la tranquilidad de los veracruzanos.
A ellos, les preguntamos: ¿Cuántas lágrimas más tendremos que derramar por nuestros seres queridos; cuántos huérfanos más tendremos que abrazar y consolar; a cuántas madres más tendremos que sostener al despedirse de sus hijos? Hemos pagado un alto costo en sangre por cumplir con nuestro deber de informar, y ya basta.
Hoy, como en otras tantas ocasiones vivimos momentos de aciago. Podrán intentar robarnos la tranquilidad e infundirnos miedo, pero pueden estar seguros que jamás permitiremos que nos roben la determinación, la fe y la esperanza.
¿Hasta cuándo? Señor Fiscal General, habrá de remitir al juez las capetas de investigación que se integraron por hechos violentos que antecedieron esta agresión. Le recordamos que la justicia no es rehén de la política, ni tampoco es moneda de cambio en tiempos políticos.
¿Hasta cuándo? Señor Secretario de Seguridad Pública, seguirá negándose a escuchar, las miles de voces que en estos tiempos de oscuridad, claman paz y seguridad para Poza Rica y todo el Norte de Veracruz.
Señor Gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, Todos Somos Armando, Todos Somos Poza Rica y Todos Somos Veracruz. ¡JUSTICIA PARA TODOS!
En estos momentos todas nuestras oraciones están con nuestro compañero Armando Arrieta Granados y su familia. No están solos, porque más allá de quienes formamos parte de esta empresa, hay personas que, en un acto honesto de fe y solidaridad, se han unido a nuestras oraciones.
¡EXIGIMOS JUSTICIA, PAZ Y SEGURIDAD!
