Estados Unidos ordenó este lunes la expulsión de 60 diplomáticos rusos acusados de espionaje en prepresalia por el intento de asesinato con gas nervioso del espía Serguéi Skripal en el suelo de su aliado, Reino Unido, que acusa de ello a Moscú. Estos supuestos agentes de inteligencia y sus familias tienen un plazo de siete días para abandonar el país. La medida afecta a 12 empleados de la misión rusa en Naciones Unidas, ubicados en Nueva York, y 48 de la embajada en Washington.
La Administración de Donald Trump también ha pedido a Moscú que cierre su consulado de Seattle, en el noroeste del país, alegando su proximidad a la fábrica de aviones Boeing y a una base de submarinos.
El 14 de marzo, el Gobierno británico decretó la expulsión de 23 diplomáticos rusos, así como la suspensión de todo contacto de alto nivel con Moscú, en represalia por el caso Skripal. El país gobernado por Vladímir Putin se enfrenta a represalias de Estados Unidos y varios países europeos.
En diciembre de 2016, los últimos días de la era Obama, la Casa Blanca ya impuso duras sanciones, aquella vez a cuenta de la injerencia en las elecciones presidenciales. Entonces se echó a 35 agentes de inteligencia y sus familias adscritos a la Embajada de Washington y del Consulado de Los Ángeles. También se ordenó el cierre inmediato de dos centros propiedad del Gobierno ruso en Nueva York y Maryland, además de penalizaciones a entidades y otros ciudadanos.
Esta vez hay más agentes inteligencia en vías de expulsión, pero se la aradoja de que el presidente estadounidense es ahora un hombre que no ha dejado de mostrar afinidad con el ruso Vladímir Putin.