El Palacio Municipal de Poza Rica y su mural
El día 1 de diciembre de 1952 tomó posesión el señor Raúl Lara Mendoza como presidente municipal de Poza Rica y se recuerda que en la primera reunión de cabildo, los regidores y síndicos acordaron solicitar al Ing. Jaime J. Merino, superintendente de Petróleos Mexicanos, un terreno y la construcción del edificio del Palacio Municipal, solicitud que fue aprobada por unanimidad, redactada y días después entregada al mandatario petrolero.
El Ing. Jaime J. Merino de la Peña consultó la petición con su homólogo y amigo, Antonio J. Bermúdez, quien instruyó la elaboración de un proyecto ambicioso, funcional y moderno, obra que recayó en el arquitecto jalapeño Ángel Landa y Cuevas, profesionista egresado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, quien se desplazó hasta Poza Rica y visitó el lugar; junto al arroyo El Huéleque, frente al parque Municipal, envuelto por las destacadas Obras Sociales, Ángel Landa presentó un proyecto que distinguiría la función social de la autoridad municipal.
Fue evidente que por su localización, el terreno era el indicado para esta obra, excepto que no era fácil edificar la estructura de concreto hidráulico y ladrillos, ya que se tenían que tomar previsiones por el suelo, donde el nivel freático se consolidó como una seria desventaja, por lo que se tuvo que optar por hincar pilotes para soportar la cimentación. Los topógrafos trazaron la cuadrícula y la grúa inició a hundir golpe a golpe los tubos que sirven de pilotes, fue así que varios meses después tomó forma y quedó lista, después se conformo y niveló el terreno, quedando listo para el desplante de la cimentación y muros.
El proyecto que se estaba desarrollando era totalmente moderno, ya que se construyeron paredes de espesor fuera de lo convencional, columnas circulares que denotaban una obra monumental, la ubicación fue forzada por las dimensiones del terreno y se diseñaron parasoles de concreto que permitió la entrada de aire y luz natural, lo que dio más detalles a esta fachada que consta de dos niveles sobre un eje y tres en el otro, en este último un volumen muy grande que cubre un auditorio cerrado por los cuatro lados, que le dio imagen de moderno.
Durante la edificación fue visitado en varias ocasiones por el Ing. Antonio J. Bermúdez, que personalmente verificó el avance y construcción, que después de la cimentación se desplantó, siendo el presidente municipal el señor Pedro Vivanco García, que vio con mucha entereza la edificación y se adhirió con compromiso al proyecto. Al quedar la obra negra emprendió otro compromiso, realizar el mural en el faldón de 235 metros cuadrados en el tercer nivel, que había proyectado el Arq. Landa y Cuevas en el cubículo de grandes dimensiones que diseñó con características ideales para instalar un regio mural, proyecto que llenó de interés al Ing. Jaime J. Merino, quien apoyó y solicitó al munícipe realizar una colecta con la bondadosa aportación de manera espontánea de los diferentes sectores sociales, lo que aportó en números cerrados doscientos cincuenta mil pesos.
Al deferir esta excelente idea, el Ing. Merino instruyó un proyecto y quien fuera el indicado, pero de inmediato topó en una clara confusión para definirlo y no llegar a una solución, pero llamó al arquitecto Ángel Landa y Cuevas, quien planteó hacer un concurso con los mejores muralistas del país, concepto que vino a solucionar el formato para seleccionar al muralista y su propuesta.
Así, el 28 de febrero de 1958 el municipio de Poza Rica emitió una convocatoria a todos los artistas plásticos a ejecutar los trabajos de un mural al exterior del Palacio Municipal, marcando las premisas fundamentales para el esperado mural, sobresaliendo dos puntos determinantes: que el mural soportara en el exterior las inclemencias del medio ambiente, agregando el gas, que es parte de este en la ciudad; y la otra, que la temática sea de esta región. La respuesta fue grande y de extraordinarios artistas, entre ellos el joven y hoy excelso maestro muralista Teodoro Cano García, pero al final se impuso Pablo
O´Higgins.
Pablo O´Higgins, quien fue de origen irlandés pero nació en la ciudad de Salt Lake City, Utah, EE.UU., el 1 de marzo de 1954, propuso un método y táctica innovadora, que realizó en este mural una nueva aportación a las artes plásticas; la técnica asintió tener el primer mural al exterior que posee tonalidades y matices del fresco, miles de mosaicos que O´Higgins denominó fachaletas que integran este mural, que tiene una longitud extendida de 5 x 47 mts., dividido en tres unidades de: 5 x 7, 5 x 11 y 5 x 29 mts., que componen en total 235 metros cuadrados, estimándose once mil fachaletas. Estas fueron elaboradas en la Sultana del Norte, en las afamadas fábricas de cerámica Monterrey S.A. y Procesa, lo que elevó el costo al monto de $215,220.00.
El mural es calificado como una obra de arte única en el mundo y en sus tres secciones Pablo
O´Higgins expone los elementos de identidad de nuestra cultura totonaca, también refleja la admiración que O’Higgins sentía por nuestras penetrantes raíces históricas y culturales. En la superficial destaca la figura de un lugareño con un machete en la mano, con la emoción de avanzar con una pujante actitud entre el bosque tropical, sobresale su atuendo a la usanza regional; en la otra cara de 5 x 11 mts., una gigantesca pirámide representando a El Tajín, erguida la efigie que aparenta la deidad de Calmécac, juez indígena, su boca expresa el ingente deseo de aplicar su voluntad protectora.
En el desarrollo más largo, sobre el final del muro, la parte baja de la Sierra Madre Oriental y al pie de ésta la profusa selva totonaca, que da paso a un pequeño valle donde se descolla una torre de perforación, la arquitectura industrial se asoma muy apenas cubierta por los oleoductos, símbolo de lo que fue innegablemente La Capital Petrolera de México, cimentada por dos brazos vigorosos, símbolo del trabajador petrolero que tira de los cables dominando la presión de los yacimientos, contralando la voluntad de la naturaleza. Sin duda, una espléndida expresión del quehacer para el progreso de esta ciudad y sus costumbres de aquel ayer.
Para fines del año de 1959 se retiraban los andamios de madera y la trama de apoyos para la colocación de las casi once mil fachaletas, Pablo O’Higgins daba los últimos toques a su obra, la agitación política en Poza Rica estaba en su máximo nivel y así el nuevo edificio del Palacio Municipal fue inaugurado por el gobernador Antonio M. Quirasco el 18 de marzo de 1959. Para entonces ya había iniciado la gestión del Presidente de la República, Lic. Adolfo López Mateos. Sus artífices habían terminado su encargo, el Ing. Antonio J. Bermúdez ya era el embajador en Arabia Saudita, el Ing. Jaime J. Merino entregó la superintendencia a Luis Manuel Contreras Rodríguez, Pedro Vivanco García ganó la elección de diputado federal y quedó Agustín Espinosa Torres en la presidencia de Poza Rica. La edificación del Palacio Municipal refleja dos situaciones significativas en la historia de Poza Rica, la deuda a Pablo O’Higgins y días después, ser el escenario de la primera manifestación social recalcitrante que dio como resultado el segundo Consejo Municipal de la ciudad.
El 16 de julio de 1983 lamentablemente muere en la Ciudad de México el muralista Pablo O´Higgins, su sentida muerte consternó a numerosos pozarricenses y lloraron su partida, ya que en el tiempo que trabajó en esta ciudad se ganó la amistad y afecto de muchos; en septiembre de 1998, durante la administración municipal de Marcos Paulino López Mora, visitó esta ciudad la señora María de la Fuente, viuda de O’Higgins, visitó el mural y quedó decepcionada al ver el estado de deterioro en que se encontraba la obra, por lo que recomendó una restauración rápida, pero ésta no se dio ni se ha dado, lo que ha ocasionado que algunas fachaletas se hayan desprendido, poniendo en riesgo el desprendimiento general. Se siguen recomendando trámites para su total restauración y salvar esta obra única en el mundo.
En las entrañas del auditorio, una digna y oportuna galería de los exalcaldes y los dos presidentes de los respectivos Consejos Municipales, una pared engalanada de marcos y rostros hace obligada la visita, pero también es obligado ver y hacer el recuento en orden de los personajes, que recae en nuestras mentes sus obras y por ende la más importante; tristemente quien conoce, de inmediato observa que no aparece la del Sr. Pedro Vivanco García, constructor de ese recinto y quien fue el segundo presidente electo de este municipio, que ojalá y se reponga la imagen de este controvertido personaje y la historia se exprese en justa cronología.
Fue en la gestión de Marcos López Mora como presidente municipal cuando se denominó el nombre de Rafael Hernández Ochoa al auditorio, cubículo que es cubierto por el ya emblemático mural; el magno Palacio se engalanó al albergar por primera vez la gestión de un alcalde oriundo de Poza Rica, siendo el notable joven Arq. Luis Manuel Salgado Villegas, que ejerció el periodo de 1988 a 1991; posteriormente llegó a la presidencia municipal la sobresaliente Lic. Eva Izaguirre Camacho, quien ha sido la única mujer en ocupar esta investidura, que ha sido una de las etapas históricas para en recinto del ayuntamiento de la ciudad.
En el mes de marzo de 2015 visitó nuevamente la Lic. María de la Fuente de O’Higgins a nuestra Poza Rica, en esta ocasión por invitación de un selecto grupo de promotores culturales independientes. En su arribo llegó acompañada de la Lic. Leticia Orozco López, maestra en arte muralista y estudiosa de la vida y obra de Pablo O´Higgins, quien disertó en la sala de audiovisión de la USBI Poza Rica con motivo del Mes de Pablo O´Higgins, concepto que nace para celebrarse a partir de aquella excelsa charla sobre la obra del ilustre muralista; terminando con la intervención de María de la Fuente, quien explicó sus experiencias en esta ciudad mientras se realizaba el mural.
Con gran entusiasmo, desde el año 2015 y el apoyo absoluto de las autoridades municipales, durante el mes de marzo de cada año, entre otras actividades, como charlas en centros académicos de diferentes niveles educativos, exposiciones sobre el tema de la obra, se han realizado un promedio de cuatro visitas guiadas con alumnos, maestros y sociedad al Palacio Municipal por los promotores y gestores culturales: Remigio Del Ángel y el que escribe, describiendo de forma didáctica a los asistentes el proceso constructivo del inmueble del ayuntamiento, además de dar a conocer el bello significado que revela la iconografía que el artista muralista Pablo O’Higgins plasmó en su magna obra, orgullo de Poza Rica y sus ciudadanos.
1.- Arquitecto Ángel Landa y Cuevas.
2.- Muralista Pablo O’Higgins pintando la obra.
3.- Boceto original para el mural del Palacio Municipal de Poza Rica.
4.- Andamios para instalar las piezas del mural.
5.- Palacio Municipal, días después de su magna inauguración.

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