martes, abril 16, 2024
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El culto falico y los mayas

El culto fálico sin lugar a dudas como en la mayoría de los pueblos estuvo presente en la cultura maya, testimonio de esto son las múltiples representaciones escultóricas que se han encontrado en Uxmal, Tulum, Xcaret, Oxkintok, Chichen Itza y otras muchas, además de otros muchos sitios, en donde además han sido descubiertas piezas referentes al tema; como las que se encuentran en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.Una escultura en espacial fue encontrada en Campeche que representa un personaje masculino cuyo enorme miembro viril salida de toda proporción, se anuda frenta a su pecho en una clara alusión a la fertilidad.

De hecho en Chichen Itza en una parte no abierta al público de encuentra el denominado Templo de los Falos, donde se tiene testimonio que se rendía culto fálico relacionado con rituales de la lluvia, ya que consideraban a la lluvia como representación del semen divino que fertilizaba a la tierra que por su parte simbolizaba lo femenino. En su fachada y por debajo de la cornisa se puede apreciar una serie de caracoles que simulan ser miembros viriles incircunsisos y flácidos, mientras que las piedras del fondo parecieran representar los testículos, de allí su nombre, “templo de los falos”. Dos atlantes o telemones custodian la entrada al templo con sus brazos levantados por detrás de su cabeza, simulando cargar la estructura. En casi todo los sitios de hecho se distinguen tres tipos de representaciones fálicas: los falos de monumentales, los falos portátiles y los falos adheridos.

Los primeros son elaborados en piedra a manera de Dolmens, de grandes dimensiones y fuera de toda proporción humana, pueden encontrarse especialmente en Uxmal, Oxkintok y Chichen donde sirvieron como monumentos colocados en las plazas para marcar eventos cosmológicos o míticos antiguos. Hasta mayo del 2000 se tenían registrados un total de doce de estas esculturas. Ocho de ellos en el camino que conduce hacia la casa de la anciana y el templo de los falos. Otros dos se encuentran en el museo de sitio. Los mayas yucatecos los llaman xkebtunich de los que en la actualidad se encuentran registrados alrededor de cuarenta y siete, la mayoría de estos localizados en los sitios de los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Suelen compartir dos características principales, una el material con que fueron construidos, y la segunda que son representaciones de un falo en erección donde se aprecia la anatomía masculina, de glande, frenillo y meato urinario.

Los segundos son una serie de representaciones en piedra, arcilla, madera y concha, portátiles —de tamaño natural—que se empleaban como adornos o bien en los rituales del culto fálico. Muchos de ellos se han encontrado en entierros, depósitos de conchas, escondites y cuevas. Uno de estos fue descubierto en Oxkintok y se encuentra actualmente en el Museo Regional de Antropología de Mérida.

Los del último tipo son los falos adheridos o empotrados que al igual que los monumentales están construidos en piedra pero a diferencia de los primeros se encuentran empotrados a los muros de algunos templos. Casos particulares son los de Uxmal y Chichen Viejo, donde en ambos lugares se encuentran sus respectivos Templos de los falos. En estos sitios se pueden encontrar falos en las cornisas a manera de gárgolas que cumplían un esquema de funcionalidad al permitir desaguar las azoteas en época de lluvias y a su vez simbolizar ésta última como el semen de los dios de la lluvia que fertilizaba a la tierra para que se lograran abundante cosechas. Otros falos de mayores dimensiones se encuentran empotrados al interior donde estuvieron originalmente recubiertos con estuco; en el caso de Chichen se han encontrado ocho falos de este tipo.

Es relativamente escasa la información referente a como se llevaban a cabo estos rituales del culto fálico. Sin embargo en el códice Madrid en la página 19 aparecen cuatro dioses en torno a una especie de brasero o pedestal sobre el que se encuentra una tortuga —símbolo de la tierra, lo femenino—que es atravesada por una cuerda. Estos dioses incluyendo a los de la lluvia y de la muerte se encuentran atravesando sus penes y uniéndolos mediante dicha cuerda para recoger su preciosa sangre. Este mismo ritual era repetido por los varones de la élite para imitar a los dioses de manera que se cumplieran los ciclos de la naturaleza y las lluvias se presentasen a tiempo para que las cosechas se dieran en forma abundante.

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