Tuxpan, Ver.- La estrepitosa derrota de su primo hermano en las elecciones del domingo 6 de junio, pone al alcalde panista Juan Antonio Aguilar Mancha en el banquillo de los acusados, pues si el virtual ganador de la contienda electoral cumple lo que dijo en campaña, no tendrá que investigarlo demasiado para detectar el cúmulo de irregularidades en que ha incurrido.
Como el propio abanderado triunfador lo constató en sus recorridos por colonias y comunidades, la estela de corrupción del Gobierno del Cambio llegó hasta el más alejado rincón del municipio, donde lo habitantes no sólo revelaron el abandono en que los mantuvo Toño Aguilar, sino también porque construyó obras de pésima calidad.
Desvío de recursos, obras mal construidas, obras por capricho o por ocurrencia, obras sobre valuadas, presunción de haber financiado la campaña de Pepe Mancha, entre muchas otras malas acciones podrían hundir Aguilar Mancha, si en verdad le aplican la Ley.
Por si fuera poco, también tendría que responder por los constantes abusos de autoridad de sus elementos de la policía municipal y de los agentes de tránsito, quienes sin duda alguna actúan bajo su manto protector.
Contra él, aún pesa la denuncia que en su momento formuló ante el Congreso del Estado la síndica Areli Bautista Pérez, por el presunto delito de malos manejos.
Además, también enfrenta denuncias ante el Tribunal Electoral de Veracruz por la Comisión de Violencia Política en Razón de Género y lo que resulte. Primero por la regidora quinta Beatriz Piña Vergara y después por la regidora quinta suplente Evelyn Arlette Moncada Alejo.
Todo ello, sin contar los señalamientos de fraude que a finales de abril de este año hicieron en su contra habitantes de la colonia Fausto Vega Santander, y los más recientes, surgidos en la colonia VIVAH.