En Poza Rica, como en el país, los invidentes son invisibilizados a diario. El CRIT de esta ciudad, (a pesar de ser personas con discapacidad visual), no tienen un departamento para atenderlos.
Karimy Cisneros Montoya padece ceguera total, está casada y es madre de un hijo. Es una mujer que inició una lucha para dar voz a los invidentes y débiles visuales en Poza Rica y asegura que hay mucho por hacer en el tema tanto a nivel gobierno como a nivel sociedad para alzar la voz y poner los reflectores a este sector de la población altamente marginado.
“A mí nada más me falta manejar”, dice Karimy quien señala que un invidente puede llevar una vida digna. Muchas veces es cuestión de voluntad.
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Por GRISELDA CRUZ