Estados Unidos. – “Deja de hablar. Deja de gritar”. Con estas palabras respondió el expolicía Derek Chauvin a las súplicas del afroestadounidense George Floyd por las dificultades que tenía para respirar mientras estaba en el piso con la rodilla del unifromado sobre su cuello.
Según revelan las transcripciones de las cámaras de seguridad que portaban los funcionarios que le detuvieron, Floyd clamaba por su madre fallecida y por sus hijos mientras se lamentaba diciendo que los policías lo iban a matar.
Chauvin mantuvo a Floyd sometido en esa posición durante más de ocho minutos, incluso después de que este perdió el conocimiento.
Las más de 80 páginas de transcripciones ofrecen una de las imágenes más claras de cómo fueron los últimos momentos en la vida de Floyd, cuya muerte bajo custodia, el pasado 25 de mayo, generó la mayor ola de protestas que haya vivido Estados Unidos en varias décadas.