Dr. Ignacio Espinosa. Medico Internista. Tel: 82 263 52. Cel: 782 888 0056.
A la memoria de los huérfanos por COVID, y a los que todavía no tienen nombre: ¿como denominar cuando un padre se queda sin hijos?
La única verdad, es la realidad. Todo lo que no se puede demostrar, puede ser falseado. Aristóteles.
Se dificulta entender y explicar al público esta inédita contingencia de la enfermedad actual diferente a las ya conocidas, sin contar con un tratamiento especifico directo y de comprobada eficacia contra LA CAUSA mas directa de tal enfermedad: el virus. Así, queda como única posibilidad de tratamiento: evitar lo evitable, en este caso, evitar la forma de contagio de persona a persona, contagio mayor con muchas personas en un espacio pequeño (densidad de población alta). Aquí entra la sana distancia (disminuir la densidad de población), la recomendación esencial porque la principal fuente de contagio es estar cerca de alguien con los síntomas típicos de COVID: fiebre, tos y estornudos, sin que esto garantice evitar el contagio porque hay muchos factores individuales y en el ambiente imposibles de especificar con claridad e imposibles de modificar para evitar al cien el contagio.
Por otra parte: si se trata de un brote natural que se inicio en china y se diseminó a todo el orbe; si los brotes se incuban en diferente tiempo y lugar; si es un virus modificado que se diseminó intencionalmente (guerra bacteriológica y comercial); si la vacuna para la influenza que se ha venido aplicando en todo el mundo principalmente a mayores de 50 años provocó mutación y aumentó la virulencia de otros virus surgiendo una nueva cepa más agresiva, más otras especulaciones: que si los gobiernos hicieron o no hicieron lo que debían hacer, que si están falseando las cifras de muertos inflándolas o desinflándolas, que si a las muertes por otras causas les están “sembrando” COVID, que si deben hacer o no las pruebas de laboratorio, que si los tratamientos que se están utilizando son o no los adecuados, que si tal o cual medicamento efectivo para el virus, que si hay suficientes ventiladores y camas… en fin; creo que para nosotros como sociedad civil, que no tenemos intereses políticos o politiqueros o partidistas, y en vista de que INDEPENDIENTEMENTE de todas las interrogantes planteadas en párrafos previos, y muchas fantasiosas y comerciales que circulan en todos los medios de difusión, lo cierto es que estamos en el ojo del huracán, que estamos frente a un inédito problema, y que LA MORTALIDAD se sale de lo normal y a sabiendas de que NO hay un tratamiento especifico, ni vacuna, reitero, no nos queda más que seguir haciendo lo que si podemos hacer: no bajar la guardia y seguir con la estrategia de la sana distancia, para mantenernos en ese grupo de unos ocho que se salvan contra dos que se mueren tomando en cuenta que los efectos del virus son variables de región a región y de persona a persona porque las causas y los efectos son MULTIFACTORIALES y variables y cambiantes, también en el tiempo y en el espacio.
Por otra parte, los médicos, los que están atendiendo directamente estos casos, con el riesgo que ello implica, creo que en ellos, nosotros como sociedad, debemos reconocer que con seguridad su esfuerzo está dirigido luchar con lo que hay, con el fin de evitar el mayor número de muertes posible, me parece injusto dudar de ellos, a mi no se me ocurre pensar que si están en la trinchera, hayan aceptado esa responsabilidad con fines diferentes al PIRMUM NON NOCERE, primero no dañar. Así que dejemos que los que manejan las estadísticas y números, lo sigan haciendo según su intereses políticos en tanto no repercutan en la toma de decisiones que perjudiquen directamente a la sociedad, o que dañen a los enfermos hospitalizados, y concentrémonos en las acciones directas allá en las trincheras, allá en las camas de hospital, esos son los que trascienden, porque la responsabilidad de los casos graves, los que están en peligro de muerte, recae en este selecto grupo de galenos que tienen ese tremendo “paquete” de, a sabiendas de que no hay tratamiento específico, se encargan de mantener o sostener con vida a esos enfermos graves, esperando que cada individuo exprese al límite su capacidad natural de defensa para vencer esos pequeños y agigantados virus
Como sociedad, debemos enfocarnos a evaluar no a los políticos como personas, sino a los médicos en el campo de batalla que corriendo el riesgo de contagiarse y hasta de perder la vida, me parece injusto pensar que estén actuando con fines perversos, yo no creo que en el contexto actual se olviden del lema esencial de la política y del quehacer médico: primero no dañar.
Con todo el respeto para los que han muerto, gobernantes o gobernados, médicos y no médicos, con o sin el virus y que han dejado hijos huérfanos y padres sin hijos. 21 junio 2020.
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