Después de la masacre de estudiantes concentrados en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, un hombre intentó vengar a los universitarios: Carlos Castañeda de la Fuente.
El sujeto, en 1970 realizó un solo disparo, el cual impactó un automóvil. El 5 de febrero de ese año, Castañeda salió de su departamento en la colonia San Rafael y llegó al Monumento a la Revolución, donde arribaría Gustavo Díaz Ordaz.
Sin embargo, no pudo acercarse al mandatario, por lo cual se movió a la avenida Insurgentes y atacó el auto del secretario de la Defensa Nacional, Marcelino García Barragán.
Castañeda quedó detenido y lo llevaron a las instalaciones de la Dirección Federal de Seguridad. Miguel Nazar Haro lo interrogó, le amarró los testículos con un hilo de cáñamo y lo obligaron a rezar.
Fue llevado a la Dirección Federal de Seguridad y lo torturan. Diez días después es trasladado al Campo Militar número uno, donde es torturado (nuevamente) y amenazado con un revólver en la cabeza sin presentar ningún tipo de angustia, pues se consideraba un hombre dispuesto a dar la vida por sus ideales”, escribió el siquiatra Horacio Trujillo, en un informe revelado por el diario La Jornada.
Después de un juicio, Castañeda quedó internado en el Hospital Psiquiátrico Samuel Ramírez Moreno, donde tenía vigilancia de enfermeros continuamente; dos en las mañanas, dos en las tardes y hasta cuatro por las noches.
Incluso construyeron una sala anti atentados exclusiva para él. El hombre salió 13 años después, y pide limosnas en las calles de la capital. Un documental, titulado “El Paciente interno”,estrenado en 2012, relata su historia.
Con información de La Jornada y La Silla Rota