El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha abierto este martes una nueva crisis en sus turbulento gabinete. A los pocos días de aceptar por sorpresa reunirse cara a cara con el líder norcoreano,, Kim Jong-un, el mandatario republicano destituyó a su secretario de Estado, Rex Tillerson, y anunció su recambio por el director de la CIA, el halcón Mike Pompeo. “Mike Pompeo, director de la CIA, será nuestro nuevo secretario de Estado. Hará un trabajo fantástico. ¡Gracias a Rex Tillerson por su servicio! Gina Haspel [hasta ahora, subdirectora de la CIA] será la nueva directora de la CIA, y la primera mujer en alcanzar este cargo. ¡Felicidades para ella!”, ha escrito el presidente estadounidense en un tuit.
La sacudida, una más en uno de los Gobiernos más convulsos de la historia de Estados Unidos, cristaliza una distancia que ya era bien conocida. Tillerson, antiguo patrón de la petrolera Exxon, había chocado desde las primeras semanas con Trump. Reflexivo y acostumbrado a acuerdos a largo plazo, su gestión se vio pulverizada por el estilo Trump. Los intempestivos tuis del presidente y su afán por asumir a cada paso el mando diplomático ahondaron esta distancia y acuñaron en Washington el término Rexit.
La mala relación quedó en evidencia cuando en julio pasado se filtró que, tras una disputa con el presidente, Tillerson, desesperado, había dicho a su equipo que este era un “estúpido”. Una afirmación que en las reiteradas entrevistas que se le hicieron, nunca desmintió. Y que llevaron a Trump a humillarle públicamente con el siguiente comentario: “Creo que es información falsa; pero si lo dijo, entonces supongo que tendremos que comparar nuestro coeficientes de inteligencia. Y te puedo asegurar quién va a ganar”.
Este desprecio trascendía lo personal. Trump impuso su apisonadora al Departamento de Estado ahí donde pudo. Recortó un 30% su presupuesto y, en cada ocasión, mostró su desagrado con las directrices de Tillerson. Ocurrió con el intento de romper el pacto nuclear de Irán, que el secretario de Estado salvó a duras penas gracias al apoyo del consejero de Seguridad Nacional, Herbert McMaster, y el secretario de Defensa, James Mattis.
Las desavenencias eran notorias y habían convertido desde noviembre pasado a Tillerson en un hombre muerto. Su falta de carisma y el escaso respaldo que tenía dentro de un cuerpo diplomático que le recibió como un extraño acabaron por precipitar su salida.
Mike Pompeo, Director of the CIA, will become our new Secretary of State. He will do a fantastic job! Thank you to Rex Tillerson for his service! Gina Haspel will become the new Director of the CIA, and the first woman so chosen. Congratulations to all!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 13 de marzo de 2018