Por Twitter y sin compasión. Donald Trump ha destituido a su jefe de gabinete, Reince Priebus, justo al día siguiente de que fuera insultado públicamente por el director de Comunicación, Anthony Scaramucci. En su lugar, el presidente ha elegido a uno de sus generales preferidos: el actual secretario de Seguridad Interior, John Kelly. La destitución, tras la salida la semana anterior del portavoz, Sean Spicer, acaba con los dos principales representantes del establishment republicano en la Casa Blanca.
Pese al enorme poder que acumulaba Priebus no había cuajado en el equipo de Trump y llevaba tiempo en la cuerda floja. Se había enfrentado al yerno del presidente, Jared Kushner, y sobre todo no había conseguido los apoyos republicanos que se esperaban de él. Los continuos fracasos en la tramitación de la reforma sanitaria, que culminaron la madrugada del viernes con un nuevo descalabro, habían debilitado enormemente su posición.
A todo ello se añadía la sospecha, nunca demostrada, de que Priebus, que como antiguo presidente del Comité Nacional Republicano mantenía fluidas relaciones en los medios, era uno de los filtradores de secretos de la Casa Blanca. Fue Anthony Scaramucci quien aireó públicamente esta semana las acusaciones, al tiempo que le insultaba en una conversación con un periodista. “Jodido paranoico esquizofrénico”, le llamó ante el reportero de The New Yorker.
Lejos de mediar o sancionar a Scaramucci, el presidente fue más allá y por Twitter decidió deshacerse del hombre que desde los primeros momentos le apoyó y le abrió contactos clave en el Partido Republicano.
