Pánuco, Ver.- Los fiscales adscritos al distrito de Pánuco se encuentran envueltos en la incertidumbre, ya que dicen laborar en medio de la vulnerabilidad y preocupación por la inseguridad.
Tras el asesinato de Yendi G. T. C., fiscal especializada en delitos sexuales en contra de la familia registrado el pasado lunes, los empleados se sienten expuestos ante la ola de violencia y homicidios en contra de funcionarios públicos.
A más de 100 horas de que privaran de la vida a la fiscal general del Estado (FGE) que dirige Jorge Winckler Ortiz, no se ha pronunciado por el caso del asesinato de la fiscal, que continúa impune.
Trascendió que la tarde del jueves, empleados de la UIPJ pidieron el arribo de cuerpos policiacos a las oficinas tras percatarse de la presencia sospechosa de motociclistas. La psicosis y el temor es evidente.
Se tuvo conocimiento que tras el asesinato de la fiscal Torres Castellanos se le asignó seguridad a la fiscal de distrito Francisca Merino Torres, al resto simplemente los olvidaron. La UIPJ del distrito de Pánuco cuenta con una plantilla de cuatro fiscales de atención de delitos diversos y la fiscal de distrito, todas son mujeres.
Como se recordará, la fiscal fue asesinada frente a la oficina de la UIPJ cuando llegaba a su trabajo. El asesinato de Yendi ocurrió en un contexto de violencia registrado el pasado fin de semana, con 26 asesinatos, entre ellos el alcalde de Ixhuatlán de Madero, además de cuerpos desmembrados y tiroteos en diferentes regiones de la entidad veracruzana.