En Tuxpan quedó claro que del amor al odio solo hay un paso, y bastó poco más de un año para que el amor que le prodigaba la sociedad y la clase política al Cisne Beto Silva se convirtiera en un rechazo total, al grado de que el ahora diputado federal no ha pisado el municipio desde la elección del 2015.
De todas las acciones cuestionables del ex alcalde, la que más ha generado descontento ha sido el robo de los 100 millones de pesos del fideicomiso del 2% Sobre la Nómina, que se debían invertir en la construcción del libramiento López Mateos.